Cae

Te veo…

Te veo con los ojos cristalinos, viniendo hacia mí, despacio. Pienso que tu mirada esta desorbitada, pero no, esta fija en mi. En mi boca, en mis labios. Caminas despacio. Sé que sos el cazador. Sé que soy la presa. Y no me importa. No me importa porque lo que está por suceder, lo que está por pasar, supera todo.

Es la expectativa, la calma antes del huracán, la imaginación, el deseo.

Te detenes enfrente mío. Me examinas, primero, sin tocarme, y yo me estoy muriendo. Me muero por la yema de tus dedos, por el calor de tus manos, por el contacto. Lo deseo. Pero vos te tomas el tiempo del mundo para hacerlo. Supongo que el objetivo es el deseo por el deseo mismo.

Te acercas más. Ahora estas a un centímetro de mi frente. Siento tu respiración agitada y algo empuja desde abajo. Se lo que es, lo siento.

Siento afiebrada las mejillas. Es una mezcla de frío y calor. Estoy temblando, pero no de frío. Y te animas. Y me buscas. Tus brazos me envuelven y mi mente grita. Escucho exclamaciones y exhalo, despacio, fuerte, apurada.

Me toca a mí, ya no aguanto el suspenso y estiro los brazos y te beso. Y no me controlo, no espero y te exploro. Desde la frente hasta los pies. Lengua, boca, nariz, mejillas, utilizo todo. Olores salados, gustos sutiles, suavidad áspera, y por ahí, en algún momento, escucho una súplica que quiere que suba, que baje, que me quede, que siga, que pare, que no pare y sé que es esa desesperación de estar adentro.

Te escucho sutil, te siento ligero, y despacio me acomodo y al oído suenan campanas, suenan latidos, suena sístole, suena diástole. Mi cuerpo esta electrificado. Sos agua que guía la corriente.

No sé cuánto tiempo pasa pero no lo tolero más y te pido que me ayudes.

Me agarras del pelo, me tiras la cabeza hacia atrás y los besos en el cuello son mi kriptonita. Me jugas a la escondida y tus manos llegan al punto en donde todo explota.

Estrellas, luces, sistemas solares completos y me abrazas en ese momento y entiendo que estás viendo lo mismo que yo.

Siento que el mundo cae… primero rápido, después más lento, hasta que hay una brisa suave y todo se detiene.

Piernas en el medio, brazos a los costados, y el todo cae…

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