Dicen por ahí que unos nacen con estrellas y otros estrellados… A mi no me paso ninguna de las dos cosas, a mí se me cayeron las estrellas encima directamente.
Desde chica fui catrasca. Mi viejo me decía “pato criollo” (si no saben el porqué, averigüen). Cosa que tocaba, cosa que rompía.
En los primeros años los compañeritos del jardín me dejaban afuera del aula cuando la maestra se ausentaba. En la primaria era parte del gran grupo de los varones, con los que compartía el fulbito, las manchas sangrientas o el juego de la mosca (si tocábamos el piso con las dos piernas eras salvajemente golpeado). No formaba parte del grupo de las nenas y mis amigos eran los excluidos del grado.
Lamentablemente en el secundario no corrí mejor suerte. Acostumbrada al primer banco de la primaria, en la etapa siguiente hice lo mismo, sin darme cuenta que había sellado mi destino. Era la traga de 1° 4°. A cambio de aprobación y amistad me dedicaba a hacer las pruebas de inglés del resto del curso. Creía que ayudando a los profesores y organizando los actos escolares iba a atraer más popularidad… Hoy yo me pregunto: ¿A nadie se le ocurrió avisarme que estaba haciendo todo lo contrario?
Favorita de la profe de Literatura decidí estudiar algo que me apasionara… hasta que me di cuenta que no tenía la menor idea de que me apasionaba y termine estudiando lo que más odiaba: Profesorado de Inglés.
En el amor no me fue mucho mejor. Me enamoré siempre de mis amigos y ellos siempre se enamoraron de mis amigas… por lo menos era la nueva Cupido ¿no?.
Con el tiempo me di cuenta que la vida no me sonreía, si no que me cagaba de risa en la cara.
Tengo 5 yesos y 7 esguinces en el mismo tobillo y un amor incondicional por las caídas (estoy segura que en otra vida fui zócalo).
Tengo un gusto por la moda que ya no está de moda, hobbies que son pasados de moda y una moda que data de los 80s/90s.
Tengo mi propia religión, que está basada en un extremismo absoluto por los géneros musicales y literarios.
Tengo la eterna mala suerte de viajar en bondis donde los choferes son fanáticos de Arjona, la cumbia villera, pasión de sábado y One Direction.
Tengo el maravilloso talento de hablar antes de pensar, de tirar frases para luego arrepentirme.
Tengo el don de pintarme las uñas y después acordarme que tenía que buscar algo.
Tengo la habilidad increíble de jugar apuestas que se que de una u otra manera voy a perder.
Dicen por ahí que algunos nacen con estrellas y otros estrellados… que a mí la inteligencia me persigue, pero yo soy más rápida.