El uso de la palabra macho

Hace mucho que no escribo de las bizarreadas que me vienen pasando en los últimos años… será que quizás estoy más grande (nope… no creo que sea eso…). Por ahí es porque hay ciertas cosas que una necesita procesar para después poder escribir.

Hace un tiempo (largo) conocí a un flaco. No fue por Tinder o Happn o esas cosas que están de moda ahora. Fue por la bendita Internet (esa que me ha dado tantas historias).

Reconozco que me chamuyó super bien, y que en cierto punto también fueron mis ganas de romper con cosas… yo todavía creía en cosas que hoy pongo en duda. ¿Cínica? Puede ser.

La cuestión es que conozco a este tipo (y digo tipo porque me llevaba mas o menos 15 años). Tenía labia, me hizo la gran «hombre grande». Que él era un macho de los de antes. Que trataba bien a las «minas». Que él sabía que era lo que realmente querían. Nada de pagar a medias. Eso era para «los putos» y los metrosexuales.

Un día me llamó por teléfono y hablamos una hora. UNA HORA señores y señoras. Tenía una voz increíble. Decía las cosas justas, en el momento justo. Lo que sí me hacía ruido, era que en cada oración usaba la palabra «macho», como si yo usara la palabra agua. Pero yo soy un poco terca (bueno… muy muy muy cabeza dura, y suelo no darle bola a los presentimientos cuando quiero algo).

Las palabras que usaba iban en todo. Encajaban en cada oración. No hay nada más intrigante que un tipo inteligente, que te hace reír, que es ocurrente, que sabe de música, y que sabe como seducir. No importa el físico. Es algo que muchos hombres parecen no entender. No importa si sos lindo, si tenes ojos claros, pelo rubio, si sos alto, flaco o lo que sea. Un tipo que es consciente de lo que es, de su personalidad, de sus fuertes, no necesita ser modelo. Al contrario del pensamiento masculino, las mujeres no necesitamos / queremos un modelo. Buscamos un hombre que sepa quien es, como es, que no sea histérico y que sepa que quiere. Básicamente, personalidad.

La cuestión es que yo no conocía a este hombre. Vi unas fotos de él que mandó, pero a decir verdad, mucho no importaba.

Hablamos un tiempo, hasta que un día me invita a tomar un café. Acepto y quedamos encontrarnos en un bar de capital.

No voy a mentir: no era lo que yo esperaba (ojo, por ahí yo tampoco era lo que él esperaba, las expectativas y las idealizaciones son algo que el humano en general no puede controlar). Las fotos no eran recientes y la edad era un poco más, pero así y todo, era la persona con la que había estado hablando.

La charla no fue lo que imaginaba. Fueron una seguidillas de frases sumamente desafortunadas, degradantes, sobre las mujeres. Contandome como cogía con la ex, lo que hacía o dejaba de hacer. Algo realmente muy incómodo. Nada que ver con la persona que me hablaba por teléfono.

La frutilla del postre? Salimos a la puerta a fumar un cigarrillo. Supongo que a él le gusté, porque cuando me puse a prender mi cigarrillo, no tuvo mejor idea que de tocarme el culo. Así como si nada. Primero toda la mano y después una palmada (y debo aclarar, que bien fuerte). Creo que salté, literalmente, un metro. Me di vuelta y le pregunte que mierda estaba haciendo. Me dijo que los machos agarraban lo que querían. Lo mire con mi mejor casa de orto (que les aseguro, es letal) y le dije que eso conmigo no iba, que a mi cualquiera no me tocaba el culo y se me reía en la cara. ¿Su contestación? Muy simple: No seas histérica, si estas acá es por algo.

Déjenme aclararles algo: si yo me encuentro con alguien, sea quien sea, es porque lo elijo, obvio, pero también elijo quien me toca el culo, y supongo que doy señales. NADIE en su puta vida me va a tratar como un pedazo de carne solo por el hecho que acepté tomar un café.

Estoy cien por ciento segura de que no di una sola señal, es más, estuve total y absolutamente incómoda durante una hora.

Luego del desafortunado (?) incidente, dejé lo que me correspondía de mi cafe en la mesa (situación que llevo a un molesto intercambio de palabras), alegué cosas que tenía que hacer y me fui. Insistió varias veces en acompañarme, primero a mi casa (si… claro… en tus sueños) y luego a la parada del colectivo. Le dije que no, que estaba apurada y logre irme.

¿A que voy con todo esto? Simple. El uso de la palabra macho, como hombre alfa, que puede tratar a la mujer como un cacho de peceto, como algo que está ahi para agarrar y hacer lo que se le cante el orto. Usar la palabra macho para decidir como, cuando y donde sin importar que la otra persona acceda. El macho te cuenta como se coge a las otras minas, lo que les hizo, te dice que se cogió a sesenta o la cantidad que sea. El macho te toca el culo «porque estaba ahí». y porque seguro lo estas pidiendo a gritos

El macho no tiene que existir. Es el varón el que tiene que estar. El que trata a la mujer como una igual, que la respeta, que la escucha. El hombre es aquel que tiene una relación de equidad. No es más, ni menos.

Cuando mis amigas me llamaron para ver como había ido todo, estuve 5 minutos diciendo: No… no no no no no no… no…. nonononononono…

Cosas que pasan cuando una es soltera y medio naba

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