Volver… pero no con la frente marchita

Dicen… dicen por ahí que todo lo que hacemos es por una razón y que a veces aunque la situación sea complicada, si es por un bien mayor, vale la pena… bah… es lo que trato de decirme todos los días a la mañana cuando me levanto, para no entrar en un ataque de nervios/pánico…

Después de 6 años de vivir sola… después de 6 años de ser una mujer independiente, con sus propios tiempos, con su estilo de vida, con los pros y los contras me fui de Núñez. Dejé el barrio que me acobijo durante 6 años (de los 24 a los 30) para volver a la provincia, más específicamente a San Martin (Saint Martin para que sea mas cheto vio’?). Después de 6 años de vivir sola volví a la casa de mis padres… pero esperen! No saquen conclusiones apresuradas, volví por una buena razón: La bendita casa propia.

El tema es sencillo, tuve la posibilidad de sacar un crédito que me permitió reciclar una casa en San Martin, pero debido a que mi sueldo en mi actual trabajo no es lo suficientemente abultado, tuve que resignar mi departamento alquilado de Núñez, resignar la soledad de mi departamento de 2 ambientes y volver a la casa de mamá y papá para poder costear el crédito (me tienen agarrada por unos cuantos años).

Obviamente que es “For a greater good” (por un bien mayor), no volví porque estaba triste o deprimida o esas cosas, volví porque para poder terminar mi casa, todo mi dinero tiene que ser invertido en un solo lugar, pero así y todo, no significa que vivir con tus viejos otra vez después de 6 años no sea menos traumático.

No voy a negar que llegar y tener la comida preparada (los que me conocen saben que cocinar no es una pasión en mi vida) no es espectacular, pero tiene sus costos (como todo).

Yo estaba acostumbrada a llegar a mi depto. a cualquier hora, los transportes jamás dejaban de funcionar después de las 12, tenía la libertad de hacer las cosas cuando yo quería, si yo quería… ahora estoy atada a 2 personas más (que para colmo son mis viejos), estoy atada a que los bondis dejen de funcionar a la noche, a que alguna amiga se apiade de mí y me deje quedarme a dormir en su casa, a que el último tren pase a las 12:30 y el primero salga a las 5 (fuera de esa franja, so sorry for you querida). Ya se… ya se… voy a tener mi casa y todo eso, pero mientras tanto tengo que pagar otras cuentitas.

No me tomen por quejosa, pero cuando uno se acostumbra a un cierto estilo de vida, es muy difícil volver atrás y tener que concordar en la mayoría de las cosas para que haya paz. Soy una mujer de 30 años que de repente (y espero que sea solo por unos meses) perdió su libertad, su estilo de vida, donde no había democracia, y la única opinión que valía era la mía.

Vivir con alguien es mucho más difícil que vivir solo, vivir con otra/s personas es mucho mas desafiante. Son pequeñas pruebas que se hacen todos los días: Lo/a mato? Lo/a mando a plumas verdes? Pequeñas decisiones que te hacen recordar que vas a ir preso o no te van a hacer la comida cuando llegues de trabajar.

Mientras tanto acumulo vivencias que NO REPETIRE (y repito: NO REPETIRE).

Espero que todo este sacrificio termine pronto… Los quiero, son mis viejos, siempre los voy a querer… Pero al mismo tiempo… Son mis viejos… Siempre los voy a querer matar…

El fin justifica los medios?

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