¡Oh querida Karina! De tus cuerdas vocales solo salen palabras sabias que emergen de las profundidades de tu astuta mente. El recuerdo continuo de tus frases inspiradoras, la modesta forma en que diste a conocer al mundo que una nueva generación había nacido. “No soy de la generación que lee” proclamaste abiertamente, y en el mundo se abrió una ventana para aquellos que decidieron que los libros no eran lo suyo.
Karina ha despertado en muchos la necesidad de discriminación hacia los chilenos, esa que estaba latente y aún no se animaban a revelar; diste paz cuando dijiste que los chilenos eran casi latinos y permitiste expresar sentimientos de xenofobia en muchos compatriotas que agazapados esperaban avivarte.
Has dejado a nuestro criterio la posibilidad de ser nosotros mismos, nos has dado la oportunidad de expresar nuestras emociones a través de la apatía. Tu rostro impoluto tallado a mano, de mármol de carrara, no expresa emoción alguna y eso nos permite transportarnos hacia un mundo de perfección e inutilidad.
Gracias Karina Olga por la existencia en un mundo que siempre busca más, gracias por darnos la posibilidad de ser vacíos e inútiles, de enseñarnos que solo con nuestro cuerpo podemos realizar tareas titánicas, como ser deseada por todos solo por tener una cara bonita.
Karina nuestra, reina de la boludes, imprimes día a día frases idiotas que no dejan enseñanza pero que de un modo raro, impactan en nuestra vida; Karina Olga, tu estatus de estrella sobrevalorada nos da viva esperanza para seguir en nuestro camino de no utilizar el cerebro.
Karina, Karina Jelinek, tu nombre en nuestros corazones grabado esta.
Elvira Pone Los Fideos 