Cuestión de histeria y feminismo

Para no hacerme cargo de lo que voy a escribir (?) le voy a echar la culpa a la fiebre que tengo. Siempre es más fácil decir que uno escribe más impunemente cuando tiene fiebre, y  como estoy con una gripe del tamaño del Talampaya y una fiebre bastante alta, es el momento perfecto para mandar a la mierda a todo/s.

Hace un tiempo vengo con un par de ideas en la cabeza que no puedo borrar. Casualmente todo explotó la semana pasada después de un intercambio de ideas en Twitter, mi red social preferida por excelencia (si, ya se… es difícil entenderla al principio, pero es increíblemente genial. Es súper impune, los filtros se salen totalmente, todo lo que uno escribe puede como no puede ser leído, y tenés la posibilidad de decir lo que te pasa sin llegar a ser un diario íntimo…).  Volviendo al tema, un usuario de esta red social escribió acerca de cómo las mujeres somos seres que no “entendemos” a los hombres y que ellos son los que tienen que comprendernos. Acá es cuando la cosa se pone espesa, porque lamentablemente para los masculinos, ya no es más así hace mucho tiempo.

Después de muchos años de estar de novia, volver a la soltería fue raro. Uno se acostumbra a la vida en pareja, a los planes a futuro, a decisiones en conjunto, etc. Así que cuando después de tantos años de vivir de una determinada forma, volver a ser “sola” es una aventura. En mi caso, la aventura más grande fue volver a salir con hombres. Imagínense mi sorpresa cuando con veinti tantos años me encontré con que los hombres se habían transformado en mujeres.

A mi favor (muy raro en mi nombrar algo bueno de mi persona) voy a decir que soy una mujer del “nuevo milenio”. Total y absolutamente independiente, inteligente, graciosa, con estudios, trabajo, vivo sola (tuve la suerte de poder tener mi casa), no dependo de nadie y todo lo que hago lo hago sola. No me gusta eso de pensar que para estar completa necesitas casarte, tener hijos y esas cosas. No voy a ser hipócrita, durante muchos años lo pensé. Durante muchos años pensé que tener una familia y ser Susanita era la felicidad absoluta y todo lo que estaba bien en el universo. Pero la vida y el tiempo me demostraron que lo que pensamos y planeamos no siempre es lo mejor.

El tema fue que cuando me sentí lista para conocer hombres, me encontré con lo siguiente: La histeria masculina había invadido a la sociedad (antes que cualquiera ponga el grito en el cielo, lo que escribo es lo que yo viví, vivo y escucho de la gente que me rodea).

De repente me encontré viviendo situaciones totalmente irreales, que escapaban a mi forma de pensar y de ver las cosas. Me encontré con hombres que tiraban palos y cuando los agarrabas, te los sacaban de la mano porque en realidad no estaban listos. Me encontré con hombres que se acordaban de contar que tenían novia después de 2 meses de tira y afloje, me encontré tipos que tenían la imposibilidad de ser directos ante preguntas concretas. Y no soy solo yo. Son amigas que pasaron por experiencias similares.

Claramente el forro de Freud nos cagó la vida a las minas. Dijo que el tema de la histeria era por el útero y los ovarios (seguramente lo dijo con otras palabras). No sé qué mierda pasó en el medio, pero hoy me encuentro con que los hombres son más histéricos que las mujeres. No saben lo que quieren, y en ese no saber lo que quieren arrastran todo a su paso. El clásico “si pero no” ahora se transformó en un juego súper molesto. Ojo, que no se me mal interprete, odio la histeria masculina y femenina, ambas por igual, me parece un juego totalmente inútil que no lleva a ninguna parte. Un día está todo bien, al otro todo mal, al otro más o menos, y así sucesivamente.

No tengo ninguna teoría de porque pasa todo esto. Hace un tiempo alguien me dijo que es porque las mujeres somos más fuertes hoy, que como no necesitamos que nos rescaten de la torre del castillo, que nos mantengan y no somos la Cenicienta que  tenemos la necesidad de limpiar, los hombres se volvieron más femeninos. Realmente no sé si es así, realmente no se si esa teoría es válida. Lo que sí se, es que los roles cambiaron, que ese cambio fue abrupto y que estamos en la mitad, entre no saber qué hacer y mandar todo a la mierda. Porque aunque estamos en el 2016, todavía está mal visto que una mujer tomo la iniciativa, y paradójicamente, muchas mujeres no lo hacen por el “qué dirán”. ¿Qué pensará el hombre si lo invito a salir? ¿Qué soy re trola? ¿Qué soy rápida? ¿Qué quiero coger? Y si pensara eso ¿Qué tiene de malo? Al fin y al cabo todos somos seres humanos. Todos queremos lo mismo.

Hoy leí un artículo genial acerca del estereotipo de mujer en el mundo de los Comics (¿Superchicas al poder?). Muy buen punto en cuanto al lugar que ocupa hoy la mujer (no solo en la historieta, si no en la representación de la mujer en la sociedad), y esa dicotomía de tenés que ser todo y más. Femenina, dulce, ordenada, cocinar, estar lista todo el tiempo, y hoy agregale tener que trabajar, estudiar y tener dos gramos de cerebro.

Depilate, maquíllate, vestite bien, usa tacos, cuídate en las comidas, hace gimnasia, tratar de tener un buen cuerpo, toma pastillas, decí que si todo el tiempo, no seas celosa (a los hombres no le gustan las minas celosas), no seas jede (una mujer pesada no está bien vista), no le hables primero porque va a pensar que estas desesperada, no le contestes enseguida porque va a pensar que lo estas stalkeando, contestale rápido porque va a pensar que no te interesa, no seas fuerte porque a los hombres no le gustan las mujeres muy independientes, no seas muy boluda  porque a los hombres no le gustan las mujeres necesitadas y que lloran todo el tiempo, no cojas en la primera cita porque va a pensar que sos una puta, si te dice de coger decile que si porque va a pensar que sos una histérica, lo importante no es el cuerpo si no lo de adentro, lo importante es que seas flaca porque eso es lo primero que ven…

Estamos en un tiempo donde todo está desdibujado, donde saber qué es lo que querés y lo que no querés está mal visto, donde lo libre se confunde con cualquier cosa, donde estar un fin de semana en tu casa mirando películas porque vos lo decidís es sinónimo de “forever alone” y donde si salís de lunes a lunes sos una atorranta. Estamos en un mundo donde los hombres prefieren desaparecer que ser concretos y usar palabras simples como “si” o “no”. Y que se entienda bien, no es de ahora, es de hace mucho tiempo

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