Fucking day

Las mejores partes son aquellas que se cortan. Aquellas que terminan justo cuando iba a empezar lo mejor. Sin ser del todo continuadas, si ser del todo rotas, sin ser del todo. Eso, del todo y nada al mismo tiempo. Seria ver pequeños fragmentos de cosas que se pierden sin sentido. Es una mezcla de todo, y de nuevo, de nada.

El todo se pierde en la nada, y la nada en el todo, es como si fuera desplumándose de apoco, en pequeñas moléculas que no tienen nada que perder.

Y es tan complicado que cuando termina aquello y empieza lo otro, se queda demacrado en algo sin sentido, en algo tan difícil de concebir, que no se entiende, que no se sabe que es.

Y uno esta acá, tecleando entre cuatro paredes sin saber que decir cuando hay tantas cosas que podrían ser dichas. Pero se cortan, se siguen cortando, porque no las siguen, no se siguen, y desaparecen y vuelven a aparecer y uno no entiende de que están hablando.

Es tan difícil seguirle el hilo, y es ahí cuando uno comienza a comprenderlo, es ahí cuando se corta. Y se queda en el medio, en el medio de algo que no sabe que es, pero que es algo, que es nada, que es todo, y la rueda vuelve una y otra vez

Escomo estar perdido sin tumbo, sin nada, completamente desnudo, y aun así te miran a los ojos, te miran, pero no te ven, no te sienten, no saben, no se imaginan que hay del otro lado, como se siente, como habla, como dialoga.

Es, deja ser, no será, quizás, quien sabe lo que pueda pasar.

“La incertidumbre es un perfume que uso todos los días” alguna vez dije. Sonó gracioso, chistoso, pero es verdad. La cruda verdad, y no solo se usa, si no que nado en ella.

Que hacer, como hacer, como seguir, que pensar, como pensar, que piensa, que quiere, que no quiere, como quisiera.

Suena loco tonto, amargo, bizarro, entupido, idiota pero es así, es lo que es y lo que será.

Y cuando termina comienza otro, se queda en la mejor parte y sueña que pasa, y cuando se despierta no pasa, porque se termino… en la mitad… en la mejor parte… como todo lo que empieza y termina

Querer arrancar de las paredes las pinturas, y gritando explotar todo.

Que no haya un limite definido entre lo que es o lo que no es. Que no haya límite alguno, que no exista, que no silben, que no gruñan, no haya límites.

Que lo que termina y empieza sea solo una cosa lineal, que no tenga punto ni final, que sea una línea recata de puntos infinitos que no se corten por un segmento, que no divida nada. Que deje correr las horas que me lleven hacia ese momento privilegiado.

Y es ahí que se corta, otra vez.

Que molesto. Quiero que siga, que no pare, que no se detenga, que no existan sustantivos ni acciones, que no existan barreras. Que conjugar verbos no sea un castigo ni una puesta a prueba, que sea natural.

Miro de nuevo, y lo veo, porque yo veo, no miro, veo mas allá de todo, entiendo mas de lo que dicen, creo mas de lo que hay, y es ahí, en ese punto que se corta. Cuando creo de mas, cuando siento de mas, que se corta, que se raja, que desaparece otra vez.

Y cuando reaparece, con todo, con eso que aparece, me deja helada, sin palabras, sin saber que decir, y lo veo, lo siento, pero no me deja pasar, me pone trabas, no quiere, y yo quiero, y por eso siempre es lo mismo.

Las mejores partes, son siempre aquellas que quedan por la mitad, sin un final definido.

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