Sucede

Sucede que hay momentos en los que queres tirar todo a la mierda o semanas o años o todo junto. Porque sentís ese nudo de siempre en el cuerpo, en la garganta, en el pecho, y querés gritar fuerte, patalear.

Resulta que el mundo sigue dando vueltas y tu desesperación también. Da vueltas la sensación de inestabilidad, se desesperación, de ser algo que no sos para convertirse en algo más que no fuiste ni seras nunca.

Es ir contra la corriente, contra la misma esencia que vive y convive.

Tantas cosas por decir, por contar y lo único que sale es la verborragia de un insulto.

Me quiero bajar, quiero dejar de dar vueltas. Quiero barajar y dar de nuevo.

Quiero empezar todo de cero.

Ciclotimia. Llanto. Risa. Todo se mezcla y es un agujero sin fin. Negro. Como cuando no ves la salida. Es un atajo a la nada misma y el destino que no te sonríe, sino que se te caga de risa en la cara. No es una estrella, es estrellarse.

Son las malas decisiones que tomé, la equivocación constante y lo pobre que soy juzgando un carácter.

Es la confianza mal depositada. La confusión hecha carne.

Es gracioso como todos los años uno dice: el próximo va a ser mejor. Y no. No mejora. Empeora. Duele mas.

Se termina una vuelta al sol. Continúa la vuelta a la luna. Y continúa el aire, las flores, la lluvia.

Estoy esperando mientras un avión para volar lejos, con la ilusión de que se lleve todo.